viernes, 22 de agosto de 2008

El futsal languidece

Que el fútbol sala está en retroceso ya no se le escapa a nadie.
Simplemente basta con darnos una vuelta por cualquiera de los pabellones donde se disputan los encuentros de la Liga Nacional de Fútbol Sala para comprobar que el desencanto se ha instalado definitivamente en las gradas.

Los que formamos parte de este mundillo siempre hemos intentado resolver la paradoja que, por un lado, sitúa al fútbol sala como uno de los deportes con más licencias en nuestro país, pero que por el contrario le deja sin espectadores cuando hablamos de deporte de élite.

Sin embargo, la situación actual es más que alarmante. La crisis económica es la gota que colma un vaso que se han encargado de llenar entre unos y otros.
La nefasta gestión de la Liga Nacional de Fútbol Sala en los últimos años no sólo no ha tenido capacidad para aumentar el nivel mediático de nuestro deporte, sino que le ha situado por debajo de otros como el balonmano, o a años luz del ba-lon-ces-to (que diría Pepu Hernández).

La cosa está como está. Muy mala. Y lo peor es que no se vislumbra a nadie con capacidad para resolver el entuerto. La traumática salida del anterior presidente de la LNFS, Santiago Márquez, previa moción de censura, supuso la llegada de un Carlos Gascón que, lejos de encabezar un proyecto ilusionante, ni tan siquiera es capaz de dar una aspirina a este enfermo.

Clubes que desaparecen, espantadas de última hora, jugadores impagados… son la crónica negra de una Liga Nacional que ya ni tan siquiera aparece en la pequeña pantalla. Y no se engañen, si no `salimos´ en la tele, será nuestro final.

El futbol sala español desfallece y tan sólo nos queda la esperanza de la Selección nacional, un combinado que sobrevive a la crisis futsalera española. Brasil y su Mundial los espera.